jueves, 21 de mayo de 2015

Dramatización y percusión

Sigo empeñado en una educación menos encorsetada. Y en ese empeño he planteado una sesión basada en la creación libre de una representación teatral (sin la utilización del lenguaje hablado) con algunos personajes predeterminados que deberán comunicarse entre sí y con el público con el único uso de los instrumentos de pequeña percusión.
En grupos de 4 alumnos (¡qué complicado es trabajar con grupos más numerosos!), cada uno tendrá un personaje. Juntos tratarán de planificar una representación en la que cuenten una historia por medio del movimiento y de la utilización de los instrumentos de pequeña percusión.

Por ahora el experimento no ha salido mal. Siempre me queda la duda de si habría sido mejor acotar un poco más la actividad (argumento, patrones rítmicos, personajes, duración, etc...). Pero, al final, me puede más esa utopía del descubrimiento y de la experiencia.


sábado, 2 de mayo de 2015

Música y Movimiento. Movimiento y Música.

Como profesor de Educación Física y Música, me niego a pensar en una u otra por separado. Creo firmemente en la necesidad de trabajar de forma transversal en la escuela, tratando de brincar por encima de las forzadas líneas marcadas por las asignaturas que tratan de parcelar un conocimiento que nunca debió estarlo.

Durante la semana pasada hemos estado haciendo actividades al aire libre (aprovechando el buen tiempo) en las que hemos experimentado las posibilidades del movimiento con un soporte musical. O dicho de otra forma, hemos experimentado las posibilidades de la música con un soporte motor. ¿Qué hemos hecho? Juegos de agrupamientos al sonido del tambor, discriminación auditiva de número de golpes, desplazamientos por el espacio siguiendo un patrón rítmico, juegos de desplazamientos lineales y/o caóticos dentro de una estructura rítmica, etc.

Quien pudiera estar viendo la clase, bien podría pensar que era la hora de Educación Física. Pero era la de Música. ¿Tan raro parece esto? Sintomático. Una muestra más del exceso de celo por sectorizar el conocimiento, por parcelar las actividades y recluirlas a un espacio del que no se las deja salir.